Para lograr grandes cosas debemos no sólo actuar, sino también soñar, no sólo planear sino también creer. (Anatple France)
martes, 12 de marzo de 2013
RUTILIO GRANDE
Este día se cumplen 36 años del asesinato del sacerdote Rutilio Grande.
Rutilio Grande nació en el municipio de el Paisnal, en El Salvador, hijo de Salvador Grande y Cristina García, el 5 de julio de 1928, ingresó al seminario en enero de 1941.
En 1967 comienza su amistad con Monseñor Oscar Arnulfo Romero, amistad que perduraría a través de los años, en 1970 sirvió como maestro de ceremonia en la ordenación de Monseñor Romero como obispo auxiliar de San Salvador.
En 1972 se convirtió en párroco del municipio de Aguilares, y fue ahí, uno de los encargados de formar las Comunidades Eclesiales de Base (CEB), y de formar a los "Delegados de la Palabra".
Los Delegados de la Palabra, organización campesina, se ganaron el odio de los terratenientes quienes veían en ellos una amenaza, el padre Grande desafió al poder establecido, al denunciar los secuestros y asesinatos de sacerdotes, por los grupos que obedecían a los dictadores y poderes facticos de aquella época, entre ellos denunció el secuestro del sacerdote del municipio de Apopa, Mario Bernal Londoño, secuestro del que se quiso culpar a la guerrilla.
El 12 de mazo de 1977, el padre Rutilio manejaba un automóvil volkswagen Safari, de color blanco, auto que le había sido otorgado por el arzobispado, sobre la carretera que comunica al municipio de Aguilares con el Paisnal, iba acompañado por Manuel Solorzáno de 72 años y Nelson Rutilio Lemus de 16, cuando fueron ametrallados por los escuadrones de la muerte de la extinta Guardia Nacional, el cuerpo del padre Tilo presentaba 18 orificios de bala.
Los dictadores de turno obstaculizaron las investigaciones, difamaron y quisieron culpar incluso a la guerrilla de aquel asesinato, pero la verdad se impuso, y ahora podemos saber quienes fueron los asesinos de padre Rutilio y sus acompañantes: los mismos de siempre, los mismos que ahora dicen querer defender la libertad, los secuaces de la muerte, los mercaderes del dolor, todos sabéis de quien hablo.
Además conocemos la razón de su asesinato: sentir un amor sin límites por los pobres, denunciar los crímenes y las torturas, predicar al verdadero Jesús, en fin, ser un hombre de bien, un hombre amoroso, un hombre comprometido, un hombre de Dios, esto es un pecado mortal para los testaferros del imperio, los mismos de siempre...
Rutilio Grande, mártir de nuestro pueblo, vivirá por siempre en nuestras mentes, en nuestros corazones, y en las luchas del pueblo.
¡¡¡REVOLUCIÓN O MUERTE!!!
¡¡¡¡¡VENCEREMOS!!!!!!
Ave Fénix
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