Hojas secas navegaban,
cual barquitos de papel,
en la tarde de aquel patio,
fantasías a granel.
Era otoño de un verano.
paraíso tropical,
sombra de árbol,
luz de ensueño;
era niño solitario,
jugando en la inmensidad.
¡Qué felices los tejados!
jugando a la eternidad,
el silencio vespertino,
solamente interrumpían,
el pájaro con su trino,
y la brisa al susurrar.
¡Cómo se estremece el alma!
al volver a recordar,
esa tarde de mi vida,
de aquella infancia perdida,
que gracias a la poesía,
hoy volví a recuperar.
AVE FÉNIX
Recuerdos de infancia, sueños del ayer, risas, juegos, inocencia y mucho amor también..........
ResponderEliminarYa ves mi querida Milagro, ¡ya estas haciendo poesía! yo lo sabía, no sabes cuánto me emociona, un gran abrazo para tí.
Eliminar